El sector bancario mexicano se enfrenta a un escenario de transformación digital acelerada por la pandemia del COVID-19, que ha cambiado los hábitos de consumo y las preferencias de los clientes. Según un estudio de la consultora McKinsey, los bancos en México tendrán que adaptarse a una nueva realidad en 2023, donde habrá menos sucursales físicas, más pagos con tarjetas y mayor competencia de las fintech.
Menos sucursales, más canales digitales
El estudio de McKinsey señala que el número de sucursales bancarias en México se reducirá en un 25% para 2023, pasando de 12,500 a 9,400. Esto se debe a que los clientes han optado por usar más los canales digitales para realizar sus operaciones financieras, como la banca móvil, la banca por internet y las aplicaciones de pago.
La pandemia del COVID-19 ha acelerado este proceso de digitalización, ya que muchas personas han evitado acudir a las sucursales por temor al contagio o por las restricciones sanitarias. Según datos del Banco de México, el uso de la banca móvil creció un 37% entre marzo y junio de 2020, mientras que el uso de la banca por internet aumentó un 17%.
Además, los bancos han tenido que reducir sus costos operativos ante la caída de sus ingresos por la menor actividad económica y el aumento de la morosidad. El cierre de sucursales les permite ahorrar en gastos de personal, renta, mantenimiento y seguridad.
Sin embargo, esto también implica un desafío para los bancos, ya que tienen que mejorar la calidad y la seguridad de sus servicios digitales, así como ofrecer una mejor experiencia al cliente. También tienen que ampliar su cobertura y accesibilidad, especialmente en las zonas rurales y marginadas, donde hay una baja penetración bancaria y una alta dependencia del efectivo.
Más pagos con tarjetas, menos efectivo
Otro cambio que se espera para 2023 es el aumento del uso de las tarjetas como medio de pago, tanto en el comercio físico como en el electrónico. Según el estudio de McKinsey, el volumen de pagos con tarjeta crecerá un 18% anual hasta alcanzar los 2.4 billones de pesos en 2023.
Esto se debe a varios factores, como la mayor inclusión financiera, la mayor oferta de productos y servicios digitales, la mayor seguridad y confianza en las transacciones electrónicas y la mayor demanda de los consumidores por opciones más convenientes y rápidas.
Las tarjetas de crédito son uno de los productos financieros más utilizados por los mexicanos, ya que les permiten acceder a bienes y servicios que no podrían pagar al contado o diferir sus compras a meses sin intereses. Según datos del Banco de México, al cierre del primer trimestre de 2021 había 25.6 millones de tarjetas de crédito vigentes en el país.
Sin embargo, las tarjetas de crédito también implican riesgos para los usuarios, como el sobreendeudamiento, el robo o clonación, el fraude o el incumplimiento. Por eso es importante que los usuarios tengan una educación financiera adecuada y que los bancos ofrezcan productos transparentes y responsables.
Para facilitar el uso de las tarjetas como medio de pago, los comercios deben contar con terminales bancarias que permitan aceptarlas. Estas terminales son dispositivos electrónicos que se conectan a una red bancaria para procesar las transacciones con tarjeta. Hay diferentes tipos de terminales bancarias según su tamaño, funcionalidad y costo.
Algunas ventajas de contar con una terminal bancaria son:
– Aumentar las ventas al ofrecer más opciones de pago a los clientes.
– Reducir el manejo de efectivo y evitar robos o pérdidas.
– Mejorar la imagen del negocio al mostrar profesionalismo y seguridad.
– Acceder a reportes e información sobre las ventas y los cobros.
Algunos retos o desventajas de contar con una terminal bancaria son:
– Pagar una renta mensual o una comisión por cada transacción.
– Cumplir con los requisitos y la documentación que solicita el banco.
– Tener una conexión a internet estable y confiable.
– Capacitar al personal para el uso correcto de la terminal.
Mayor competencia de las fintech
El tercer cambio que se prevé para 2023 es el aumento de la competencia de las fintech, que son empresas que ofrecen servicios financieros innovadores y disruptivos mediante el uso de la tecnología. Las fintech han aprovechado las oportunidades que ofrece el mercado mexicano, como la baja bancarización, la alta penetración de internet y smartphones, la demanda insatisfecha de crédito y la preferencia por soluciones digitales.
Según el estudio de McKinsey, las fintech podrían captar hasta el 30% del mercado bancario en 2023, lo que representa una amenaza para los bancos tradicionales. Las fintech ofrecen ventajas como:
– Mayor accesibilidad y conveniencia al operar desde cualquier lugar y a cualquier hora.
– Menores costos y comisiones al eliminar intermediarios y aprovechar economías de escala.
– Mayor personalización y segmentación al ofrecer productos y servicios adaptados a las necesidades y preferencias de cada cliente.
– Mayor inclusión financiera al atender a poblaciones desatendidas o excluidas por el sistema financiero tradicional.
Un ejemplo de fintech que opera en México es Velpay con una oferta de terminales bancarias sin mensualidad ni comisión.
-Los bancos tradicionales tienen que enfrentar el reto de competir con las fintech, ya sea mediante la innovación, la colaboración o la regulación. Los bancos tienen que mejorar su oferta de valor, su eficiencia operativa y su experiencia al cliente. También tienen que buscar alianzas o adquisiciones con las fintech para aprovechar sus ventajas competitivas. Finalmente, tienen que cumplir con el marco regulatorio que busca fomentar la competencia leal, la protección al consumidor y la prevención del lavado de dinero.
En conclusión, los bancos en México en 2023 tendrán que adaptarse a una nueva realidad donde habrá menos sucursales físicas, más pagos con tarjetas y mayor competencia de las fintech. Esto implica retos y oportunidades tanto para los bancos como para los clientes, quienes tendrán más opciones para acceder a servicios financieros de calidad.